25.6.08

La Casada Infiel (F. G. Lorca)

Y que yo me la lleve al rió
creyendo que era mozuela,
pero tenia marido.

Fue al noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las ultimas esquinas
toque sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por mil cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas,
los arboles han crecido
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del rió.

Pasadas las zarzamoras
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el lino.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el cinturón con revolver.
Ella, sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con tanto brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frió.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
ya me la lleve del rió.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.

Me porte como quien soy.
Como un gitano legitimo.
Le regale un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
por que teniendo marido,
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al rió.

Federico Garcia Lorca
(Fuente Vaqueros,Granada, 1899-Viznar, Granada,1936)


17.6.08

Guerra (Miguel Hernandez)


(Guernica ;1937)
--
La vejez en los pueblos.
El corazón sin dueño.
El amor sin objeto.
La hierba, el polvo, el cuervo.
¿Y la juventud?


En el ataúd.


El árbol, solo y seco.
La mujer, como un leño
de viudez sobre el lecho.
El odio sin remedio.
¿Y la juventud?


En el ataúd.




Miguel Hernandez (Orihuela, 1910- Alicante, 1842)









12.6.08

Olas gigantes...(G. A. Becquer)


Olas gigantes, que os rompéis ,bramando
en las playas desiertas y remotas;
envuelto entre las sabanas de espuma,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán, que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas;
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad, que rompe el rayo,
y en fuego ornáis las desprendidas orlas;
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!
llevadme, por piedad, adonde el vértigo
con la razón me arranque la memoria...
¡¡Por piedad!...¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
Gustavo Adolfo Becquer (Sevilla,1836-1870)

10.6.08

La sed (Delmira Agustini)



-Tengo sed, sed ardiente- dije a la maga, y ella

me ofreció sus néctares-. Eso no: ¡me empalaga!-

Luego una rara fruta, con sus dedos de maga

exprimió en una copa, clara como una estrella;

y un brillo de rubíes hubo en la copa bella.

Yo probé. -¡Es dulce, dulce! Hay días que me halaga

tanta miel, pero hoy me repugna, me estraga-.

Vi pasar por los ojos del hada una centella.

Y por un verde valle perfumado y brillante,

llevome hasta una clara corriente de diamantes,,.

-¡Bebe dijo! - Yo ardía; mi pecho era una fragua.

Bebí, bebí, bebí la linfa cristalina...

¡Oh frescura!, ¡oh pureza!, ¡oh sensacion divina!

-Gracias, maga; y bendita la limpieza del agua.


Delmira Agustini (Uruguay,1890-1914)

La que comprende.. (Alfonsina Storni)


Con la cabeza negra caída hacia adelante
esta la mujer bella, la de mediana edad,
postrada de rodillas, y un cristo agonizante
desde su duro leño, la mira con piedad.

En los ojos la carga de una enorme tristeza,
en el seno la carga del hijo por nacer,
al pie del blanco Cristo que esta sangrando reza;
-Señor; el hijo mio, ¡que no nazca mujer!

Alfonsina Storni (Suiza, 1892-Argentina,1938)

7.6.08

Rosa íntima (Juan Ramón Jiménez)

(Todas las rosas son la misma rosa,
¡amor! La única rosa.
Y todo queda contenido en ella,
breve imagen del mundo,
¡amor! La única rosa.)
Rosa, la rosa... (Pero aquella rosa...)
La primavera vuelve
con la rosa
grana, rosa, amarilla, blanca , grana;
y todos se embriagan con la rosa,
la rosa igual a la otra rosa,,.
¡Igual es una rosa que otra rosa?
¿Todas las rosas son la misma rosa?
Sí (pero aquella rosa).
La rosa que se aisla en una mano,
que se huele hasta el fondo de ella y uno,
la rosa para el seno del amor,
para la boca del amor y el alma.
(...Y para el alma era aquella rosa
que se escondía dulce entre las rosas,
y que una tarde ya no se vio más.
¿De que amarillo aquella fresca rosa?)
Todo, de rosa en rosa, loco vive,
la luz, el ala, el aire,
la onda y la mujer,
y el hombre, y la mujer y el hombre.
La rosa pende bella
y delicada para todos,
Su cuerpo sin penumbra y sin secreto,
a un tiempo lleno y suave,
intimo y evidente, ardiente y dulce.
Esta rosa, esa rosa, la otra rosa...
Sí (pero aquella rosa...).
Juan Ramón Jiménez ( Moguer, 1881-Puerto Rico, 1958)

5.6.08

El Arpa (G. A. Bécquer)


Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
Veíase el arpa
¡Cuanta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sepa arrancarlas!
¡Ay!- pensé- cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro espera
que le digan: "Levántate y Anda"

Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-1870)

3.6.08

Negra Sombra (Rosalia de Castro)





Cando penso que te fuches,

negra sombra que me asombra,

ó pé dos meus cabezales

tornas facendome mofa.


Cando maxino que es ida

no mesmo sol te ma amostras

y eres estrela que brila,

i eres o vento que zoa.


Si cantan, e ti que cantas,

si choran, e ti que choras

i es o mormurio do río

y es a noite es a aurora.





En todo estas e ti es todo,

pra min i e min mesma moras,

nin me abandonaras nunca

sombra que sempre me asombras




Rosalia de Castro (Santiago de Compostela, 1837-Padron,1885)



"Gratia Plena" (Amado Nervo)

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía;
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era "llena de gracia" como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamas olvidar!

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada como Margarita sin par,
el influjo de su alma celeste, amanecía...
Era "llena de gracia" como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamas olvidar!

Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé qué prestigio lejano y singular.
Más que muchas princesas, princesa parecía;
era "llena de gracia" como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamas olvidar!

Yo goce el privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar
y cadencias arcanas logro mi poesía.
Era "llena de gracia" como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamas olvidar!

¡Cuanto, cuanto la quise! Por diez años fue mía;
¡pero flores tan bellas nunca pueden durar.
Era "llena de gracia" como el Avemaría;
y a la Fuente de gracia de donde procedía,
se volvió.. ¡como gota que se vuelve a la mar!

Amado Nervo (Mejico, 1970-1919)

Este es otro Poeta que siempre me recuerda las veladas familiares en que mi padre nos leia.

2.6.08

Suprema Ofrenda (Juana de Ibarbourou)

¿Tienes sed, amante? Morderé una vena,

de estas que me azulan el puño como una

ramazón de luna,

y una copa llena de vino tendrás.

Y en la copa plena

tu sed calmaras.

Y yo he de azuzarte:

-Bebe, amante ;bebe,

pues vaso como este ya nunca hallaras.


¡Bebe, bebe, bebe! Y he de quedar blanca

como mármol limpio, como yeso nuevo.

Mientras a tus labios traspaso esta viva

corriente ardorosa que en las venas llevo.

Y tan blanca, tan blanca seré,

que acaso embriagado, después me dirás:

-Agua del camino que apago mi sed,

¡en que fría piedra contenida estas!


Juana de Ibarbourou (Uruguay, I892-1979)