22.4.09

"Antifona" (Manuel Machado)



Ven, reina de los besos, flor de orgía,

amante sin amores, sonrisa loca...

Ven , que yo se la pena de tu alegría

y el rezo de amargura que hay en tu boca.

Yo no te ofrezco amores que tú no quieres;

conozco tu secreto, virgen impura;

amor es enemigo de los placeres

en que los dos ahogamos nuestra amargura.

Amarnos..¡Ya no es tiempo de que me ames!

A ti y a mí nos llevan olas sin leyes.

¡Somos, a un mismo tiempo, santos e infames,

somos, a un mismo tiempo, pobres y reyes.


¡Bah! Yo sé que los mismos que nos adoran,

en el fondo, nos guardan igual desprecio.

Y justas son las voces que nos desdoran...

Lo que vendemos ambos no tiene precio.

Así, los dos, tú amores, yo poesía,

damos por oro a un mundo que despreciamos...

¡Tú, tu cuerpo de diosa; yo el alma mía!...

Ven y reiremos juntos mientras lloramos.

Joven quiere en nosotros Naturaleza

Hacer, entre poemas y bacanales,

el imperial regalo de la belleza,

luz a la oscura senda de los mortales

¡Ah! Levanta la frente, flor siempreviva,

que das encanto, aroma, placer, colores...

Diles con esa fresca boca lasciva...

¡que no son de este mundo nuestros amores!

Igual camino en suerte nos ha cabido;

un ansia igual nos lleva, que no se agota,

hasta que se confundan en el olvido

tu hermosura podrida, mi lira rota.

Crucemos nuestra calle de la amargura

levantadas las frentes, juntas las manos...

¡Ven tú conmigo, reina de la hermosura;

hetairas y poetas somos hermanos!











Manuel Machado


Sevilla, 1874-Madrid, 1947














13.4.09

"Nocturno" (Gabriela Mistral)

Padre nuestro que estas en los cielos,

¿por que té has olvidado de mi?

Te acordaste del fruto en Febrero,

al llagarse su pulpa rubí.

¡Llevo abierto también mi costado,

y no quieres mirar hacia mi!


Te acordaste del negro racimo,

y lo diste al lagar carmesí;

y aventaste las hojas del álamo,

con tu aliento en el aire sutil.

¡Y en el ancho lagar de la muerte

aún no quieres mi pecho exprimir!


Caminando vi abrir las violetas,

el falerno del viento bebí,

y he bajado amarillos, mis párpado,

por no ver más enero ni abril.

Y he apretado la boca, anegada

de la estrofa que no he de exprimir.

¡Has herido la nube de otoño,

y no quieres volverte hacia mi!


Me vendió el que beso mi mejilla:

me negó por la túnica ruin.

Yo en mis versos el rostro con sangre,

como Tú sobre el paño, le di;

y en mi noche del Huerto, me han sido:

Juan cobarde, y el Ángel, hostil.


Ha venido el cansancio infinito

a clavarse en mis ojos, al fin:

el cansancio del día que muere

y el del alba que debe venir;

¡el cansancio del cielo de estaño

y el cansancio del cielo de añil!


Ahora suelto la martín sandalia

y las trenzas pidiendo dormir.

Y perdida en la noche, levanto

el clamor aprendido de Ti:

Padre nuestro que estas en los cielos,

¿por qué te has olvidado de mí?



Gabriela Mistral

Chile, 1884-Nueva York, 1956

6.4.09

"La Saeta" (Antonio Machado)

(El Greco)

"¿Quien me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?"
(Saeta popular)
¡Oh, la saeta , el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la Cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Antonio Machado
Sevilla, 1875-Colliure (Francia), 1939